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Nombre: Juan Pablo De Gregorio
Ubicación: Santiago, Metropolitana, Chile

domingo, septiembre 25, 2005

8 giros a un Fiesta, velocidad y ¿Melipulli?, en el homenaje a José Cancino

La gente gritaba descontrolada apoyando a un grueso pelotón de corredores. En el asfalto, la cosa era brava, caminos estrechos, llenos de hoyos y muy pero muy técnicos. ¿Velocidad?, para que decir, 8 giros a un circuito de 8 Km. muy pero muy rápido donde se rodó a 41,6 km/h.
Sencillamente, la mayor fiesta del ciclismo que puede haber en la ciudad históricamente conocida por sus corredores.
A los pies del cerro, los niños eufóricos tomando helado, mientras veían una caravana interminable, y vaya que lo era, ya que participaron más de 110 corredores.
Emociones al máximo, los corredores sacaban su calculadora y se sorprendían al ver que SI aparecían en la lista de los favoritos, entonces saltaban a por la victoria. No señor, los favoritos son los de siempre, dijo un tal Lucho Morales, junto a Sergio Guille, y un tal Robinson Miranda. ¿Qué dijo, señor?, Así es, Robinson Miranda, un ciclista de Melipulli que demostró con creces que es un esprinter extraordinario. Ya nos había sorprendido en la disputa de la meta volante al vencer al embalador insigne curicano Lucho Morales. El Lucho, incrédulo y sin entender lo que pasaba, se propuso que esto no podía pasar en la meta final, ¡pamplinas!, ya que cuando un corredor está para cosas grandes lo gana todo, y Robinson Miranda levantó los brazos al cielo tímidamente por segunda vez, como abrazando la nada.
Más atrás, la desazón fue total. Un cabizbajo Lucho Morales que no entendía que pasaba, se conformó con verle la rueda trasera al corredor sureño, sus brazos hoy no se levantaron como antaño, y volvió a conformarse con un segundo lugar, el que saboreó a fracaso.
Un poco más atrás, y sin muchas más opciones Sergio Guille alcanzó a subirse al podio del tercer lugar, desconcentrado porque a De Gregorio se le desenganchó el zapato del pedal cuando iba levantando el embalaje a 56 km/h. Resultado, una bella tarde con un panorama deportivo al que acudió tímidamente la gente a apoyar a su corredor favorito, corredor familiar y más de algún corredor rompecorazón.